viernes, 22 de febrero de 2013

PREMIOS OSCAR 2013: MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO


“Anna Karenina” diseños de Jacqueline Durran

Cuando se trata de crear diseños para películas de época pareciese que el vestuarista compilase y documentase sus obras basadas en lo que los cánones de ese espacio de tiempo en la historia le establece, esto es tomando como fuente directa los ejemplares que se utilizaron en ese periodo y recreándolo con la más perfecta fidelidad y austeridad posible. Pero si hay algo que caracteriza el vestuario en cuestión no es precisamente esa lealtad a su época. La fidelidad histórica no es algo que preocupe a la diseñadora Jacqueline Durran, artífice del vestidor de la nueva versión de Anna Karenina. En sus manos, los opulentos trajes de la Rusia imperial adoptan siluetas de la costura de los años 50. «Un híbrido de las dos eras», resume ella. Lejos de ser minimalistas, los vestidos de Anna respiran una elegancia diáfana, más propia de la moda de postguerra que de la corte rusa, donde el dramatismo se desarrolla en volúmenes medidos, cuerpos encorsetados, polisones y una colección de tocados contemporáneos. «Enfaticé la influencia de los años 50 para mostrar que no estaba cosiendo disfraces, sino creando un estilo propio». Incluso hizo un vestido en denim. El resultado: una versión estilizada –que no simplificada– del San Petersburgo de 1873.
 
 

Acertar con el vestuario de Anna no tenía por qué ser una tarea especialmente compleja. Al fin y al cabo, Tolstói dedicó mucha tinta a describir cada centímetro de tela. Hasta los accesorios y el peinado se documentan al detalle en el libro: «Anna no iba de lila, sino con un vestido de terciopelo negro cubierto de encaje veneciano que dejaba a la vista el cuello y los hombros. En la cabeza, entre los mechones de pelo negro –el suyo, sin adiciones falsas– llevaba una guirnalda de pensamientos y un bouquet de las mismas prendido con un lazo en el fajín. Alrededor del cuello, una hilera de perlas». Pero la visión de Joe Wright, el director, requería ciertos ajustes. «A Joe le gusta estilizar las cosas para que sean creíbles, pero también accesibles y atractivas para el ojo moderno. Como diseñadora de vestuario, mi trabajo es recrear su visión», aclara Durran.

Se necesita un auténtico visionario para hacer de un drama de época una declaración de moda». La historiadora Marketa Uhlirova, hablaba en términos generales, pero eso es exactamente lo que ha conseguido Jacqueline Durran. Puede que éste sea el trabajo que el próximo domingo le dé, por fin, el Oscar. Fueron sus otras dos producciones junto a Keira Knightley y Joe Wright, “Pride & Prejudice” (2005) y “Atonement” (2007), las que le dieron la nominación a la estatuilla; y la tercera promete ser la definitiva. «Solo estar nominada es un honor. Hago este trabajo porque es mi pasión. Disfruto cada momento, sea bueno o malo, fácil o difícil».



Como la clave de la producción de Joe Wright está fundamentada en la teatralidad, Durran simplificó los vestidos de la Rusia Imperial de 1873 despojándolos de ornamentos en beneficio de procurar la silueta y tomando como referencia la alta costura de los años 50. Durran dice que fue como coger un vestido de Dior y fusionarlo con otro de 1870 de Charles Frederick Worth.

Para diseñar el exquisito y estilizado vestuario, Durran se inspiró en ejemplares de famosos modistos como los franceses Dior, Lanvin, Jacques Faith y el español Balenciaga.

La paleta de colores empleado por Jacqueline para éste compendio va desde los tonos oscuros como el vino tinto, azul turquí y el mismísimo negro hasta los tonos pasteles. Uno de los trajes más celebrados es el suntuoso vestido de baile de tafetán negro con el Anna conquista a Vronsky y a los moscovitas. Se trata de un atuendo diseñado en corte asimétrico, toques de tul alrededor del cuello, cola recogida en el miriñaque y escote trasero muy pronunciado. Otros tres vestidos de similares características y diversos tonos fueron confeccionados para la protagonista del film, esto de forma simbólica para demostrar el deterioro anímico del personaje. La misma sensibilidad, algo anacrónica pero enormemente sugerente, justifica otra de las elecciones más mediáticas de Durran: todas las joyas que luce la protagonista son piezas auténticas de Chanel, tanto del archivo como de las colecciones actuales. El objetivo es producir una impresión de suntuosidad, riqueza y elegancia que enmarca el conflicto íntimo de Anna Karenina, y el resultado final es exquisito, imaginativo y repleto de detalles tan exuberantes como las pieles, los velos y los excéntricos tocados que luce el personaje interpretado por Keira Knightley.
 
“Los Miserables” diseños de Paco Delgado

 
Continuando con la estela de las producciones de época nos encontramos con la segunda nominada de la categoría: la portentosa versión cinematográfica de Tom Hopper sobre el clásico de Víctor Hugo. Ambientada en la Francia decimonónica en los tiempos de la revolución estudiantil contra la opresión del Estado, Delgado tuvo inicialmente que realizar una concienzuda documentación que le llevó a estudiar no sólo las indumentarias utilizadas en este periodo de la historia francesa, la paleta de colores tradicionales, costumbrismos, sino también a conjugar perfectamente el carácter expresionista de la producción con la teatralidad de la puesta en escena. Por supuesto, lo primero que llama la atención es la enorme dificultad y magnitud de diseñar el vestuario para una producción de estas dimensiones, que lleva a cabo con solvencia. Pero también vale la pena prestar atención a su tratamiento de los colores, al realismo con que recrea manchas, jirones, suciedad y también al claro simbolismo que subyace a su empleo de los colores de la bandera francesa. Por ejemplo, el personaje de Marius (Eddie Redmayne) para confeccionar su chaqueta encontraron una vieja tela en un mercadillo de Londres. Los partidarios de la revolución, contaba Delgado, llevaban escarapelas, con los colores de la bandera francesa. Este personaje era un miembro de la revuelta estudiantil contra la opresión del Estado. Los colores de la bandera aparecen en la chaqueta roja de Enjolras en la barricada, el vestido azul de Fantine en la fábrica, el vestido blanco de Cosette de su boda y la ropa de Valjean de vagabundo.
 
 
 
Cuidaron el detalle. A partir de 1840 los pantalones tenían botones, no cremallera. El color de los ojos de Eddie Redmayne, comenta el diseñador influyó en el tono del pantalón. Le costó tiempo lograr ese color, con muchas pruebas para conseguir el mismo tono azul, pero si te fijas coincide con el de sus ojos. El director Tom Hopper le pidió a Delgado que fuera fiel a la época en la que tiene acción la historia, el siglo XIX francés y al relato de Víctor Hugo. El diseñador consciente del tamaño de la empresa y la fidelidad histórica que le pidió el director, tomó como fuente de inspiración obras pictóricas de reconocidos artistas del siglo XVIII como Delacroix y Goya. Delgado afirma "Son el 90% de auténticos. Lo que cambiamos fue para hacerlo más atractivo en un musical".
Con Fantine (Anne Hathaway) trabajaron con telas ceñidas y usaron aerógrafos para oscurecer los lados de sus vestidos y hacer que pareciera más delgada de lo que estaba. Su transformación es como la de Valjean (Jackman). Lleva un sencillo vestido de muselina, a medida que se degrada su ropa está más sucia. Consumida por la tisis viste colores más oscuros.
Jean Valjean (Hugh Jackman) comienza con su uniforme de preso rojo, un color con el que los guardias veían a cualquiera que quisiera escapar. Es un convicto sin esperanza, con ropa burda, barba. Y va evolucionando al ser liberado, cuando es aceptado socialmente, con una paleta de colores más sofisticada: a elegantes trajes cuando se convierte en alcalde. Sufre una transformación física. Jackman también opinó: quería parecer más burgués y relajado al ser alcalde, por eso se le añadió relleno en la tripa, se le acolcharon los trajes.

 
 
 
 Para los trajes de los militares y oficiales, como el personaje de Russell Crowe, Javert, quisieron que no parecieran disfraces sino uniformes. No consiguieron encontrar el tipo exacto de algodón con el que se hacían los trajes. A diferencia de Jackman, la ropa de Crowe se va oscureciendo. Los dos hombres son la cara de la misma moneda, según Delgado, así que Javert pasa de un azul claro a un azul oscuro, casi negro.
Para la pareja cómica, casi al estilo “Sweeny Todd”, Helena Bonham Carter y Sacha Baron Cohen, Delgado los compara con una especie de dúo a lo Don Quijote y Sancho. "La chaqueta probablemente la robase en una de sus guerras napoleónicas y pretendió hacerse pasar por oficial".
En el caso de Cosette (en la edad adulta Amanda Seyfried) se utilizaron colores muy frescos y brillantes y tejidos con flores, con un toque romántico. De niña lleva harapos, mientras que Eponine parece una muñeca.. Diez años después es todo lo contrario. "Es como Alicia en el espejo, comenta Delgado, cada una ha cruzado al otro lado".
En general se mejoraron los colores. Para retratar estos casi 33 años de historia, han participado sastres de hasta cuatro países: Inglaterra, Francia, Italia y España. Se han producido hasta 2.200 trajes, la mayoría para retratar las hordas de mendigos ("prostitutas, convictos, monjas, ricos, pobres", explicaba en el pressbock del filme). "Confeccionábamos los vestidos y luego los destruíamos para que parecieran viejos, como si hubiesen sido usados durante 10 años". Usaron procesos químicos como blanquearlos y decolorarlos, haciendo agujeros y lijándolos. A veces, usaron sopletes para quemar el tejido.
"En una película de época se intenta reproducir la realidad con la mayor precisión posible. Pero al tratarse de un musical, una situación irreal de por sí, hemos intentado introducir algo de fantasía". Un trabajo magnífico que podría ser premiado en la próxima ceremonia de los Oscar.
 
“Lincoln” diseños de Joanna Johnston

 
Si entre la lista de nominados de este año hay una diseñadora que se le deba de reconocer por su intimista, detallado, pormenorizado y meticuloso trabajo esa es Joanna Johnston. Colaboradora habitual en el cine de Spielberg y Zemeckis, Joanna pasó varios meses estudiando hasta en el más mínimo detalle cada uno de los aspectos que caracterizaron la moda estadounidense de 1850, donde la crinolina estaba en su época dorada y los diseños voluminosos eran la constante.
El grado de realismo de la propuesta de Joanna fue el resultado de una gran jornada de documentación que incluyó un curso de tres semanas bajo la orientación de la biógrafa Catherine Clinton, autora del libro “Mrs. Lincoln” de la editorial HarperCollins. Otras fuentes y referencias utilizadas por la diseñadora fueron las colecciones del Museo de Historia de Chicago, la biblioteca del Congreso, el centro Presidencial Rutherford B. Hayes y el Instituto Smithsonian.
 
 
 
 Los estilos presidenciales de la familia Lincoln eran opuestos, según concluye la diseñadora, mientras que el presidente obviamente no estaba interesado en la moda, su esposa fue criticada por gastar demasiado en ella. “Mary Todd no fue una gran observadora pero creo que su exceso de armazones, adornos, prendas, tocados y sombreros le ayudaron a establecer un estilo”, “Me fascina”, subraya Joanna. 
El reto, dice, es que la primera dama y la actriz encargada de representarla no se parecen entre sí. “Sally es demasiado delgada. Teníamos que poner un poco de grasa en ella”, dice. Joanna encontró un vestido en el Museo de Historia de Chicago y trabajó con el director de la colección Meghan Smith para ajustar los detalles a la fisionomía de la intérprete. Joanna y Meghan encontraron que el modelo conseguido en el museo chicaguense tenía 30 pulgadas en la parte más reducida de la cintura por lo que Sally Field tuvo que someterse a una estricta dieta (engordar) para solventar la diferencia.
Sólo hay una parte del cuerpo de Sally que revela su verdadera identidad y son sus brazos, ya que si se revisan fotografías de la época se verá a una Mary Todd Lincoln con unos guantes que parecen cortarle la normal circulación de la sangre en sus regordetes brazos. “Sally no es así en absoluto”, dice Johnston.
Para diseñar el vestuario de Daniel Day-Lewis, Joanna aprovechó la similitud tanto del actor como del personaje histórico en relación a la estatura y fisionomía (ambos delgados). El punto de partida comenta la diseñadora, fue un retrato del Instituto Smithsonian. "Me obsesioné por el espacio entre la tela y el hombre. Tenía este vacío donde confluye la tela y la carne. Yo estaba fascinada por la forma en que iba a traducir eso en un objeto tridimensional. "
Su sastre, Michael Sloan le ayudó en las distintas facetas a las que tuvo que someter prendas como los abrigos para darle ese acabado pesado y denso observado en los retratos. Ella se apartó de la precisión histórica de su encargo, sin embargo: en 1865, los abrigos formales de hombres habrían sido exclusivamente negro, pero el color es difícil en pantalla. Para romper la densidad, dio al elenco distintos tonos lóbregos aproximándose al negro. Para Lincoln, eligió un color marrón oscuro. (Originalmente, se había imaginado su abrigo de color verde).
 
 
Teniendo en cuenta que transcurría la mitad del siglo XIX, Joanna decidió crear un look fuerte para cada personaje masculino. "En ese momento, habría tenido un levita, tal vez dos corriendo en un momento dado. La gente no tenía una gran cantidad de ropa como lo hacen ahora. No tenían tintorería. Eso no quiere decir que encontró un período carente de estilo. La diseñadora dice que quedó tan enamorada de las curvas del siglo XIX que quisiera hacer una línea de ropa basada en la época.
También se interesó en accesorios de Lincoln. "Era un hombre zapatos grandes", dice ella. "Las personas dijeron haber escuchado la parte posterior de sus zapatillas batiendo mientras se dirigía por el pasillo." Aquellos que han visto la película también pueden recordar que él era un hombre apasionado por las capas. Al descubrir la envoltura del presidente en el Museo de Historia de Chicago, Johnston agregó una reproducción al guardarropa de Lincoln. "Daniel hizo su propio estilo, y creo que es simplemente perfecto."

“Mirror Mirror” diseños de Eiko Ishioka

Luego de tres recorridos por diseños inspirados en una época concreta de la historia de la humanidad, válgame decir que en hechos y fuentes reales, llegamos a la primera cinta nominada a mejor vestuario ambientada en el mundo de la fantasía. “Mirror Mirror” dirigida por Tarsem Singh y protagonizada por Julia Roberts y Lily Collins está ambientada en el fantástico y malvado mundo de Blancanieves idealizado por los hermanos Grimm.

En lo que ha sido calificado como la mejor elección de Singh para esta producción, Eiko Ishioka popular diseñadora japonesa, fue contratada por el equipo de producción de Relativity Media para que estuviera al frente del departamento de vestuario de este film. Como cabría esperar del enorme derroche creativo de esta gran artista los resultados no sólo sobrepasaron las expectativas de los productores sino que se convirtió en un personaje tan o más importante que los mismos actores encargados de darle vida a esta comedia.



Hablar de Eiko Ishioka es hablar de la que ha sido la diseñadora de vestuario más prodigiosa de las últimas décadas, autora de un trabajo tan absolutamente icónico como fue Dracula de Bram Stoker de Coppola, que le valió el Oscar en 1993 y que hoy en día sigue siendo un auténtico hito. Dotada de una extraordinaria creatividad, Ishioka se prodigó poco y, en las últimas décadas, firmó apenas un puñado de excelentes trabajos para películas en ocasiones tan irregulares como Teresa, el cuerpo de Cristo o La celda. Falleció tristemente a principios del año pasado, poco después de ultimar el que ha resultado ser su último trabajo, una personal recreación del cuento clásico de Blancanieves repleta de fantasía y de hallazgos visuales.
 
 
 
Cuentan las crónicas de rodaje que Ishioka concluyó este proyecto con un enorme esfuerzo, en medio de sus sesiones de quimioterapia. Sin embargo, el trabajo que vemos en la pantalla es el de una creadora en pleno dominio de sus facultades, que se enfrenta al género fantástico sin las ataduras del historicismo y transita sin esfuerzo desde el colorido rococó que viste la Blancanieves adolescente hasta la suntuosidad (y la exageración) de los vestidos de la Reina interpretada por Julia Roberts.

“Cuando comienzo el proceso de diseño, mi primera tarea es enfrentarme a una hoja de papel en blanco y dejar que mi mente vague por lo que quiero expresar”. Así definió alguna vez Eiko Ishioka su proceso de creación, el que para los críticos tenía mucho de particular. Primero estaban sus referentes, la cultura de posguerra y la influencia de nuevos cines como la nouvelle vague y el neorrealismo italiano. Junto a ello se encontraba la tradición milenaria de Japón y la autodisciplina, la que Eiko consideraba fundamental para la creación: “Un creador que no desarrolle la autodisciplina no realizará una obra interesante e innovadora durante mucho tiempo”.

Aparte de la clara influencia barroca que caracteriza este guardarropa también podemos encontrarle muchas alusiones a la naturaleza que realiza utilizando estampados de flores y tocados que asemejan las plumas de los pavos reales. Los modelos se caracterizan por enormes faldas, manguillas y cuidados cortes en la parte superior.
 
 

En este impecable trabajo hay sitio también para volúmenes que recuerdan al mejor Balenciaga (la prodigiosa capa amarilla que Blancanieves lleva en el bosque), para extravagantes adornos navales, para el origami y los plisados que revelan los orígenes nipones de Ishioka, y también para el vestido haute couture del baile de gala de Blancanieves, un vestido de cisne que, paradójicamente, ha terminado siendo el canto del cisne de una creadora única y excepcional en el ámbito del vestuario escénico. Pero no sólo merecen atención los modelos diseñados por Ishioka para Roberts y Collins, también quedarán para la posteridad los más de 300 vestidos que confeccionó a mano para la escena en que tiene lugar el casamiento de la Reina malvada, se trata de diseños muy variopintos que asemejan un look operístico y exuberante con colores vibrantes, con predominio de figuras geométricas. Para el baile de disfraces se crearon 10 máscaras pintadas de animales para los invitados, en vez de usar las más habituales. Los peinados tenían que estar en proporción con los trajes. Por ejemplo, si un vestido tenía un polisón que sobresalía un metro del cuerpo, la peluca tenía que tener la misma proporción y ser lo suficientemente alta para que parezca fuera de lo común.

La paleta de colores empleada por la diseñadora va desde los tonos pasteles y celestes (para la dulce Blancanieves) pasando por los dorados, plata y rojo sangre (para la malvada reina) hasta los verdes, fucsias, naranjas, morados (de los extras).

Eiko Ishioka consideraba que su trabajo no era llamar la atención con sus particulares diseños, sino que reforzar y animar el vocabulario visual de una película. “Me gustan los diseños innovadores y monumentales, no los que se limitan a explicar la historia o los papeles al público y no van más allá. Yo quiero crear otra cosa: avivar la imaginación del público, estimular sus ojos y conmover su espíritu”. Sin duda al ver el vestuario que diseñó para Blancanieves podemos decir que su último trabajo lo logró con creces.

Como complemento a los extraordinarios vestuarios diseñados por Eiko cabe resaltar que la famosa casa de cristales Swarovsky proporcionó toda la pedrería que adornan los atuendos.


“Snow White and the Hunstman” diseños por Colleen Atwood

La segunda propuesta del género de la fantasía viene capitaneada por una de las vestuaristas más veterana y prodigiosa de la industria cinematográfica. Estamos hablando de la talentosa Colleen Atwood que hace dos años se llevó su tercera estatuilla dorada por el vestuario de “Alice in Wonderland”. En esta oportunidad al servicio de Rupert Sanders, Colleen se sumerge –como si no tuviera credenciales en el género- en otra producción ambientada en el mítico, mágico y popularmente conocido reino de Blancanieves, eso sí, una versión mucho más oscura y adulta que la realizada por Singh.



Como cabría esperar de unas manos tan creativas, la diseñadora nos ofrece un compendio de obras que más allá de lo estéticamente hermoso y atractivo al ojo humano, representan caracterizaciones y distintivos que identifican al personaje a lo largo del metraje. De esta forma la paleta de colores empleado por la vestuarista va sufriendo transformaciones en la medida que el personaje evoluciona dentro de la historia. Para el vestuario de la reina Ravenna (interpretado por Charlize Theron) Colleen principia con gamas que oscilan entre los beige, plateados, luego pasa a tonos lánguidos y lóbregos hasta llegar a matices sombríos y tenebrosos. Aunque la causa incluyó el diseño de centenares de armaduras de corte medieval como las de Blancanieves y el Cazador, el verdadero proceso creativo y la licencia de obra prominente se dio en la fase de creación del estupendo vestuario de la malvada reina.

Para el personaje interpretado por Charlize, Colleen confeccionó una docena de trajes cuya característica más importante es que fueron elaborados meticulosamente a mano por su equipo de colaboradores. Uno de ellos, el manto que Ravenna utiliza para desaparecer mediante una bandada de cuervos, fue la primera prenda que la diseñadora finiquitó para la producción ya que el departamento de efectos visuales tuvo que hacerle tratamientos para elaborar la espectacular escena en la que sufre la transformación. El manto, adornado con más de 400 plumas de gallo previamente recortadas una a una para darle una presencia más espeluznante le tomó a la modista más de cuatro semanas en finalizarlo. Su costo, aproximadamente unos $32 mil dólares. Esta prenda que se convirtió casi en una insignia de la película fue fraccionada para conservar la forma original del diseño de Colleen. Sin embargo el vestido más bello puede ser el del casamiento de Ravenna con el padre de Blancanieves, el Rey nefasto. Se trata de un vestido de “inspiración arquitectónica severamente encorsetado” tal como lo define la diseñadora. Confeccionado con tejidos traídos directamente de París y adornos en oro importados desde Italia, este vestido se caracteriza por los ribetes de cuero de los pliegues de su falda y las estructuras de pergamino de sus mangas que simulan los huesos de un esqueleto. El vestuario de la reina solo puede describirse como asombroso.
 
 

El equipo de Colleen Atwood buscó telas por todo el mundo, desde caparazones de escarabajos tailandeses, pasando por telas hechas en Turquía y lentejuelas fabricadas en China, hasta cotas de malla diseñadas en el Reino Unido, pero hechas en India, así como joyas muy especiales diseñadas por la famosa Cathy Waterman. Sin duda, un despliegue impresionante, cuyo resultado es simplemente asombroso y absolutamente perfecto.

Para el personaje de Blancanieves interpretado por Kristen Stewart, Colleen tenía muy claro que no podía ir vestida de rojo, azul y amarillo como la princesa de Disney. Atwood diseñó un traje con un look más moderno que podía adaptarse a las diferentes etapas de la película. El traje que lleva Blancanieves durante gran parte de la película está confeccionado con un precioso fieltro verde realizado de varias capas, con unas mallas debajo para que la actriz pudiera moverse libremente durante el rodaje y así evitar reajustarlo constantemente. Empieza siendo un vestido largo, pero en el viaje, el cazador decide acortarlo para la seguridad de la princesa.

A medida que el personaje cambia, también cambia el traje. Colleen Atwood diseñó una armadura que permitiera a Kristen moverse fácilmente para así poder montar a caballo y luchar. La idea era que a diferencia de otras personificaciones cinematográfica no fuera una dulce niña sino una aguerrida joven, por lo que sus prendas tenían que poseer la versatilidad suficiente para que se desplazara por los bosques sin inconvenientes. Por lo que debajo de sus lánguidos vestidos se colocaron pantalones de cuero y botas. Luego tras la huida de su presidio y al convertirse en líder de la revolución contra la Reina Ravenna  su ropaje fue más pesado con formas duras y colores grisáceos para representar así el espíritu bélico de la joven heroína.


miércoles, 15 de febrero de 2012

PREMIOS OSCAR 2012

PREMIOS OSCAR 2012: Mejor diseño de vestuario

Por Juan Fornaris


“Anonymous” vestuarios diseñados por Lisy Christl


Si existe un tipo de guardarropa académicamente perfecto y correcto en su forma y conjunto es éste. La diseñadora alemana Lisy Christl, realizó una completa inquisición para retratar con fidelidad y austeridad una de las épocas más vigorosas de la compleja historia de Inglaterra: el periodo isabelino. Ostentoso, pomposo y solemne, Christl bosquejó ulterior diseñó notables elementos como corsés, encajes, faldas voladizas, gorgueras, brocados, capas, zapatos, sombreros, collares y un largo etcétera. Para la alta sociedad isabelina y como cabría documentarse utilizó colores vibrantes como el naranja, el escarlata, los azules pétreos y los pardos en tanto la baja clase social fueron caracterizados con prendas en tonos más pálidos del rosa, azul y carmín. No obstante su mayor logro no fue crear opulencias sino prendas con personalidad e idiosincrasia tanto como cualquier otro personaje delineado por el guión.

“The Artist” vestuarios diseñados por Mark Bridges


Hollywood años 30. La elegancia fue la premisa fundamental de ésta gloriosa época, donde destacaron las siluetas femeninas y las prendas entalladas. Bajo la anterior consigna y teniendo como sugerente más fidedigno al cine mudo, Bridges tuvo poco que inventar o crear cuando ya todo en esta época en materia de moda estaba dicho, no obstante su mayor proeza estuvo circunscrito en las telas, colores y accesorios con los que tuvo que lidiar teniendo en cuenta que el film se mancharía a blanco y negro y cuantías como texturas y brillo tendría que llevarlos a su máximo nivel. El trabajo no sólo está bien conseguido, sino que nos regala prendas brillantes como el esmoquin del protagonista y la estilística del personaje de Peppy Miller. Escotes poco pronunciados, la irrupción del corte al bies, las líneas curvas, la introducción del cubismo, estolas de piel, flappers, chambergos, ilustran un lujoso compendio de moda de inicios del siglo XX.

“Hugo” vestuarios diseñados por Sandy Powell

Si hay un nombre entre la carta de nominados de este año que inspire respeto y admiración es Sandy Powell. Su currículum es tan variado como distinguido que ya suma su novena candidatura y tres Oscars a sus espaldas. En la nueva cinta de Scorsese, Powell tuvo la dualidad de diseñar los vestuarios tanto de la acción real del film como del tiempo imaginario del mundo novelesco de Georges Méliès. Para poder acercarse en fidelidad  a esos dos mundos convergentes, la reconocida artista se basó en las ilustraciones del original de Brian Selznick de donde adquirió el volumen, las tonalidades, las formas y las líneas que marcaron a priori el fantástico guardarropa. Una de las prendas insignes de la película es el suéter a rayas de Hugo, que en realidad fue un suéter viejo vintage del cual Powell tuvo que reproducir tantas veces como se lo permitiera la operación cinematográfica. El uniforme de teniente de Sacha Baron Cohen y su capote en azul turquesa a una sola fila de botones es admirable. Para las obras de Méliès, la artista se decantó por diseños y colores oníricos en tonos pasteles como el rosado, el azul y el verde.

“Jane Eyre” vestuarios diseñados por Michael O’Connor



Los vestuarios de “Jane Eyre” también llegan arropados bajo lo que cabría denominarse como del «gusto académico» y son más sutiles, menos ostentosos, que los sketchs de Christl en “Anonymous”. O’Connor, británico de nacimiento conoce al dedillo la época en que se desarrolla la trama del film, por ello los diseños que se visualizan durante los más de 120 minutos de metraje, son reproducciones cuidadosas de la moda victoriana. El diseñador ha sabido retratar perfectamente esa atmosfera hostil y sombría que se detalla en la novela escrita por Charlotte Brontë (1847) y los traslada a la gran pantalla sirviéndose de todas las gamas oscuras en su haber, para retratar mejor esa sensación de soledad y penumbra que cubre la mayor parte del film.

“W.E” vestuarios diseñados por Arianne Phillips



Ser la estilista de cabecera y asesora de imagen de una de las divas musicales más grandes de todos los tiempos tiene su precio y Arianne Phillips no solo le habla al oído a Madonna sino que la diva no da un paso sin el consentimiento de esta diseñadora que poco a poco se ha ido haciendo un hueco entre los mejores del sector. Phillips no solo recrea sino que le pone su propia marca a uno de los guardarropas más elegantes, modernos y finos de la década de los 30: el de la duquesa de Windsor, Wallis Simpson. Como cabría esperar de semejante personaje de la sociedad británica, Phillips confeccionó prendas realmente exquisitas tanto en sus formas como colores en refinados tejidos como sedas, terciopelos, brocados y el rayón. Los tonos más utilizados para estilizar la figura de Andrea Riseborough como la duquesa fueron el verde menta, el rosa, el lila y telas con diseños geométricos. El resultado conseguido por Phillips es espectacular y bien refinado.

viernes, 25 de febrero de 2011

LOS PREMIOS OSCAR 2011

OSCAR 2011: MEJOR PELICULA DEL AÑO

Por Juan Fornaris

 
Por segundo año consecutivo la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood entrega diez nominadas en la categoría de mejor producción del año. Sobre el papel existe una aparente favorita que contra todo pronóstico logró darle un giro de 180 grados a la carrera por la codiciada estatuilla, birlándole muchos premios de primer nivel a la otrora favorita cuyas credenciales lo tenían todo para arrasar en la noche del próximo 27 de febrero. Hay que resaltar que en comparación con la anterior edición de los premios, este año el nivel de las producciones postuladas es severamente superior lo que hace prever que la decisión final estará más cerrada de lo que se pueda imaginar.



GANARÁ: “The King’s Speech”


 
¿POR QUÉ VA A GANAR?: Porque, con su afortunada combinación de humor, inteligencia, corazón, espíritu y prestigio (sí, todo eso: todo en uno), ha hecho sentir justos a los más de 5,800 electores de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood en estas últimas semanas de competencia. Porque, aun cuando “The Social Network” haya ganado absolutamente todos los galardones de la crítica y se haya llevado los principales Globos de Oro en enero, “The King’s Speech” ha reclamado los últimos premios del camino: los de los sindicatos de actores, directores y productores, que son en efecto, la mayoría de los que votan en la Academia. Porque detrás de su estupenda campaña de marketing se encuentra el obsesivo señor Harvey Weinstein que tiene una extensa experiencia en el medio y que a punta de frases tontas ha logrado doblegar a su rival de turno. Porque precisamente la estrategia utilizada por Weinstein ha catapultado a la cinta británica al primer lugar de recaudación entre las 10 aspirantes a mejor película desde que fueran anunciadas las candidaturas el pasado 25 de enero. Porque es una digna representante del buen oficio del cine inglés: estupendas interpretaciones, magistral guión y solvencia de recursos técnicos. Porque es una película a la que le queda preciso el apelativo de «made for Oscar», además de que la Academia estadounidense hace años no premia a una producción de época británica.



LAS OTRAS NOMINADAS: “Black Swan”; “The Fighter”; “Inception”; “The Kids Are All Right”; “127 Hours”; “Toy Story 3”; “True Grit” y “Winter’s Bone”.


 
QUIÉN PUEDE DAÑARLO TODO: “The Social Network” iba a llevarse los principales premios Óscar de este año. Hubo un momento, hace tres semanas, en que todo parecía señalarlo: la obra de David Fincher, que narra la génesis de Facebook y explicará a los espectadores del futuro en qué clase de mundo vivíamos a comienzos de este siglo, contaba hace un par de meses con un amplio respaldo de los medios de comunicación, iba por el planeta, aquí y allá, coleccionando reconocimientos de todas las índoles (desde los galardones oficiales de los críticos de Estados Unidos hasta los más importantes Globos de Oro), y es, en últimas, una de las mejores películas norteamericanas del año pasado. Su productor Scott Rudin, es el único capaz de descifrar y echar por tierra las obsesiones de Harvey Weinstein.



EN UN MUNDO JUSTO: Los productores de “The Social Network” no tendrían porque pasar las más de tres horas de la ceremonia con los dedos cruzados esperando a que Tom Hanks los proclame como justos ganadores.



UNA SORPRESA GRATÍSIMA: Ver eufóricos a Medavoy, Oliver y Franklin con el Oscar en sus manos por “Black Swan”.
OSCAR 2011: MEJOR DIRECTOR

Por: Juan Fornaris

 
Esta categoría está precedida por la exclusión de uno de los grandes favoritos de la temporada, sin embargo los cinco realizadores que finalmente lograron la candidatura están respaldados por impecables trabajos. Una nominación por partida doble, cinco estadounidenses y un británico se baten por la estatuilla dorada.

 
GANARÁ: David Fincher por “The Social Network”


 
POR QUÉ VA A GANAR?: Dicen los diarios de chismes, y lo repiten, sin parar, los blogs de espías de la industria que en Hollywood no quieren a Fincher por prepotente, pero ¿no es hora de que el director de “Seven” y “Zodiac”, ni más ni menos que “Seven” y “Zodiac” se lleve el premio Oscar?. Hace tres años le nominaron por la brillante “The Curious Case of Benjamin Button” con nada más y nada menos que trece candidaturas, sin embargo la Academia le ignoró y le pasó factura de eso que tanto alardean los diarios sensacionalistas… pero… ¿no es ésta, sin ninguna duda, su mejor película?, ¿no ha estado reivindicando la Academia, en los últimos años, el trabajo de los cineastas de oficio?.



LOS OTROS NOMINADOS: Darren Aronofsky por “Black Swan”; David O. Russell por “The Fighter”; Tom Hooper por “The King’s Speech” y Joel Cohen y Ethan Cohen por “True Grit”.



QUIÉN LO PUEDE DAÑAR TODO: Su mayor dolor de cabeza, la piedra en el zapato para Fincher tiene nombre propio y se llama Tom Hooper, un debutante sobre la alfombra roja, un tipo espigado de 1,91 cm de estatura, ex alumno de la prestigiosa universidad de Oxford, realizador de notables series de televisión como “Elizabeth I” y “John Adams” pero que por cuenta del premio del gremio de directores se ha levantado como un “David”.



EN UN MUNDO JUSTO: David Fincher debería de tener un Oscar adornando el estudio de su apartamento en cualquier lugar de este planeta.

OSCAR 2011: MEJOR ACTOR PRINCIPAL

Por Juan Fornaris

 
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood entregó un quinteto de lujo por las nominaciones a mejor intérprete masculino del año. De entre los nominados se encuentran dos actores que acarician su primer acercamiento a la estatuilla y tres veteranos. De estos, dos estuvieron postulados el año pasado compitiendo en esta misma categoría y contando nuevamente entre los elegibles con el ganador del año anterior. Esta es probablemente una de las categorías más abiertas de la competencia, con un claro favorito, y cuatro más haciendo mella por birlarle la estatuilla dorada.



GANARÁ: Colin Firth por “The King’s Speech”


 
POR QUÉ VA A GANAR?: Porque todas las cábalas en torno al tema lo señalan como el más fuerte aspirante a la famosa estatuilla. Porque ha ganado con justicia el premio de la Academia británica, el Globo de Oro, la placa que otorga el gremio de actores, el Critics’ Choice, los premios de los críticos de Chicago, Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Washington, Denver, Detroit, Vancouver, Phoenix, Iowa, Florida y hasta el poco trascendental Satellite Awards. Porque debió ganarlo el año pasado por su contenida interpretación en “A Single Man”.

El hecho de darle vida a un personaje con alguna deficiencia física (en este caso un tartamudo), de ser muy respetado y admirado por sus colegas y pertenecer al elenco de la película favorita y con mas nominaciones al Oscar, acrecientan aún más sus opciones de triunfo.

Firth, retrata a Bertie con respeto y humanidad, de manera equilibrada y sin histrionismos, sus parlamentos al margen de su trauma y complejo emocional son fascinantes y esto suele ser coñac al paladar de los académicos. Firth es un actor que ha llegado a la plenitud de su carrera en las mejores condiciones posibles, y lo demuestra encarnando un personaje histórico con pulcritud, perspicacia, sensibilidad, habilidad, inteligencia y gracia.

Firme con sus obligaciones, tierno en su ámbito familiar, humano y sarcástico en sus relaciones sociales, así es Alberto Federico Arturo Jorge de Windsor más conocido como Jorge VI, el maravilloso personaje construido por Firth.



LOS OTROS NOMINADOS: Javier Bardem por “Biutiful”; Jeff Bridges por “True Grit”; Jesse Eisenberg por “The Social Network” y James Franco por “127 Hours”.



QUIÉN PUEDE DAÑARLO TODO: James Franco (“127 Hours”) y Jesse Eisenberg (“The Social Network”), han hecho los mejores papeles de sus carreras. Franco, deslumbra, conmueve con su magistral interpretación del aventurero solitario, trepidante y a veces irreverente Aron Ralston, un personaje apasionado por los deportes extremos. El suceso desafortunado que acontece en la vida de este individuo tiene una interpretación a flor de piel por este talentoso joven. A Jesse Eisenberg que ya había estado en “The Squid and the Whale” y “Solitary Man” como sus más destacadas películas y en la serie de televisión “Get Real”, se le admira su proeza al momento de construir un personaje de la vida real, vivo, ícono de la informática, un estereotipo de los estudiantes que llenan las aulas de las universidades de élite en Estados Unidos: Mark Zuckerberg, en la brillante cinta “The Social Network”. ¿Alguien más adecuado que un actorazo precoz para interpretar a un precoz genio informático?



EN UN MUNDO JUSTO: Colin Firth no tendría ningún inconveniente en subir los 4 escaños que separarán su silla de las manos de Sandra Bullock con el Oscar en sus manos.



OSCAR 2011: MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL

Por Juan Fornaris



Cinco grandes estrellas del celuloide compiten por la preciada estatuilla dorada a la mejor actriz protagónica de 2010. Al igual que la categoría de mejor intérprete masculino, ésta cuenta con una gran favorita sobre la que se ciernen las mayores esperanzas de la película en la gala de premiación.

 
GANARÁ: Natalie Portman por “Black Swan”



POR QUÉ VA A GANAR?: Porque su papel es el más arriesgado entre los nominados. Porque la Academia de Hollywood tiende, con todo lo mal que suena, a premiar actrices bonitas que además tienen un talento y un valor que dejan con la boca abierta (piensen en algunas de las últimas ganadoras: Halle Berry, Nicole Kidman, Charlize Theron, Reese Whiterspoon), y la joven Portman, que desde “El Perfecto Asesino” hasta “Black Swan” se ha convertido en una respetada veterana de la industria, ha encontrado al fin un papel en el que prueba que está dispuesta a todo. Porque su caracterización la ejecuta al límite de su integridad física, que es la inefable y enésima prueba de que la estatuilla debe ser suya. Porque más allá de los diálogos y la sensiblería barata que muchas veces salpican los buenos filmes, Portman delinea un personaje con rebosante credibilidad atrapado en esa atmósfera enfermiza, perturbada y enloquecida como la que Aronofsky se ideó. Y finalmente por los múltiples premios que ha recogido durante la temporada: el Globo de Oro, el premio de la Academia británica, el Screen Actors Guild que otorga el gremio de actores, el Critics’ Choice, los premios de la crítica de Chicago, Boston, Houston, Denver, Phoenix, Las Vegas, Oklahoma, Florida, Austin, Iowa entre otros.



LAS OTRAS NOMINADAS: Annette Bening por “The Kids Are All Right”; Nicole Kidman por “Rabbit Hole”; Jennifer Lawrence por “Winter’s Bone” y Michelle Williams por “Blue Valentine”.



QUIÉN LO PUEDE DAÑAR TODO: Sin lugar a dudas Annette Bening. Su papel en “The Kids Are All Right” es una de las mejores celebraciones de actuación en el pasado 2010. Desbordante en frescura, contención y exquisitez de matices dramáticos, Nic, su personaje en esta cinta, seguro le reportará muchas papeletas a su favor. Queda eso sí, comprobar hasta donde la apoyarán sus amistades que justo en el momento cuando más los necesita parecen fallarle.



EN UN MUNDO JUSTO: Natalie Portman luciendo con orgullo su panza ya crecidita agradecerá a los miles de academistas su dorado apoyo.

OSCAR 2011: MEJOR ACTOR DE REPARTO

Por Juan Fornaris


Se puede definir a 2010 como un año con buen nivel interpretativo, tanto, que no todos los que debieran estar postulados lo están por la sencilla razón de que Oscar sólo entrega cinco butacas en el Kodak y no más! Aquí no valen excepciones. Se echan de menos actuaciones como las de Andrew Garfield o Sam Rockwell. En fin. Parece que existe un claro favorito pero entre los otros cuatro nominados hay quien tenga uno que otro artilugio para aguarle la fiesta.

 
GANARÁ: Christian Bale por “The Fighter”


 
POR QUÉ VA A GANAR?: Porque para su caracterización en la cinta de O. Russell, Bale sufrió una gran transformación física con exabrupto gutural, de esas que matan a más de un académico y que constantemente resultan premiadas. Porque tiene en su poder el premio que concede el gremio de actores, en enero recogió el Globo de Oro como mejor secundario en cinta dramática, el National Board of Review y suyos fueron los premios de la crítica de Chicago, Washington, Vancouver, Denver, Houston, Dallas, Oklahoma, Kansas, Austin, St. Louis entre otros. Además parece ser -salvo si gana Leo en secundaria- el único premio que podría ganar esta película en la gala de los Oscar.



LOS OTROS NOMINADOS: John Hawkes por “Winter’s Bone”; Jeremy Renner por “The Town”; Mark Ruffalo por “The Kids Are All Right” y Geoffrey Rush por “The King’s Speech”.



QUIÉN PUEDE DAÑARLO TODO: Rush, el estupendo actor australiano que interpretó al excéntrico y petulante Marqués de Sade en “Quills” (2000), hizo a Philip Henslowe en la galardonada “Shakespeare in Love” (1998), dio vida a Sir Francis Walsingham en las dos versiones de “Elizabeth” (1998 y 2007), fue David Helfgott en “Shine” (1996) y caracterizó al capitán Barbosa en la taquillera “Pirates of the Caribbean” (2003,2006 y 2007), es un hombre adorado y respetado por la Academia. Su Lionel Logue ha ganado tantos enteros que el vendaval “The King’s Speech” podría tirarle la estatuilla en sus manos.



EN UN MUNDO JUSTO: cualquiera sea el ganador de la estatuilla debemos estar felices por un año de buen nivel actoral.